10 de abril de 2011

Comunidad receptora: elemento escencial en la gestión turistica


La comunidad como elemento del sistema turístico
La bibliografía existente en torno al turismo ha coincidido constantemente en que el turismo, más allá de sus tradicionales concepciones de carácter industrial y recreacional, abarca un amplio número de elementos que se interrelacionan entre sí y que impactan muchas otras dimensiones de la vida del ser humano. Los académicos del turismo han coincidido ampliamente en la propuesta de los elementos partícipes del sistema turístico; entre ellos se han ubicado repetidamente la demanda, la oferta, la industria turística, la región generadora, el destino, ruta en tránsito, y por supuesto la comunidad receptora. Si bien existe divergencia en las propuestas diversas acerca de los elementos del sistema turístico, y de las relaciones que se generan al interior de éste, la incorporación de la comunidad local parece ser un común denominador en muchos de los sistemas propuestos.

La comunidad receptora como parte del sistema turístico mantiene un papel muy importante con todos y cada uno de los otros elementos que constituyen el sistema. La comunidad local es simple y complejamente un elemento imprescindible en la existencia del turismo. Por un lado, la comunidad, aunque quizá como parte de su vida ordinaria, provee los servicios necesarios para la satisfacción de las necesidades de la demanda, del visitante. Estos servicios incluyen no sólo aquellos relacionados con la satisfacción de necesidades fisiológicas (hospedaje y alimentación), sino también aquellos como servicios médicos, de recreación, y de consumo; es decir, servicios que fueron mayormente generados para beneficio de la comunidad local pero que son paralelamente aprovechados por el turismo. Por otro lado, y de forma similar, en algunos casos la comunidad local participa en la oferta de servicios generados por los integrantes de la misma. Esto ocurre generalmente en ciertas formas de turismo en donde la comunidad local es la responsable de “producir” y gestionar sus propios servicios, como en el caso del turismo rural. En casos como el turismo rural, no existirían servicios ofertados al turista si la comunidad local no estuviera presente. Asimismo, la comunidad local, dentro de un contexto de oferta y demanda, se ha incluso identificado como un elemento clave en el atractivo de los destinos. El grado de amabilidad u hostilidad que la comunidad receptora presente es de suma importancia a tal grado de poder determinar la visita o el regreso de turistas al destino. En este mismo sentido, la disposición de la comunidad local ante el turismo puede definir el éxito o fracaso de un destino turístico, tal y como se ha mostrado en  aquellos estudios basados en la teoría del ciclo de vida de los destinos turísticos (Butler, 1980).

Además de las relaciones que la comunidad puede mantener directamente con la demanda, la comunidad local se ve beneficiada o alterada por los demás elementos del sistema. De forma específica, se pueden citar las ventajas o desventajas que ésta genere en relación con los recursos y atractivos turísticos locales. La comunidad local, por ser el elemento constante en el espacio geográfico, juega un papel relevante en la conservación o deterioro de los recursos naturales y culturales del destino. El interés que la comunidad mantenga en la protección de sus recursos estará directamente relacionado con la existencia de dichos recursos, y por lo tanto del desarrollo turístico, en tiempos futuros.

Debido a la importancia de la comunidad local como elemento del sistema turístico, es necesario revisar cuál ha sido la participación de ésta en los procesos de gestión y planificación del desarrollo turístico.



Autor
Juan Carlos Monterrubio Cordero



Doctor en
Profesor-Investigador en Turismo
Universidad Autónoma del Estado de México
México




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